Hoy os quiero presentar las florecillas de un cactus que pasan brevemente por este mundo. Solo se abren una vez (durante poco tiempo) mostrando toda su hermosura y luego, como la de muchos otros cactus, mueren y con un poco de suerte, se transforman en pequeños frutos (como pimientitos) llenos de semillas. Se trata de las florecillas de un Melocactus spp. de color rosa que nunca antes las había pillado "in flagranti delicto". En Viveros Vangarden, como en la vida, nunca se sabe lo que te vas a encontrar.
Estos cactus son originarios de América central y A. del sur y son un poco delicados en cuanto al agua, pues son muy sensibles a la podredumbre. Poca agua en verano y nada en invierno, debiéndolo pasar en un lugar protegido del frío. El sol fuerte del verano (horas punta) puede llegar a quemar su suave superficie.
La zona superior del cactus, que no está injertada ni es una malformación, se la conoce con el nombre de 'cefalio', y cuando empieza a crecer se suele detener el crecimiento de la parte inferior. Es una muestra de que nuestro 'amigo' ha llegado a la madurez (ha sido coronado) y ya empieza a reproducirse, pues ahí es donde se desarrollan las flores y las futuras semillas.
Por si os interesa, solo nos quedan dos Melocactus spp, calzados en M-17 y con su "gorro rojo" en la cabeza asomando aún alguna florecilla de color rosa.