Hermosa suculenta de origen sudafricano con un crecimiento muy compacto y un tacto suave. Debido a la curiosa manera de desarrollarse sus hojas, se la conoce tambien como la planta de los "dedos vendados".
La situaremos en un lugar muy luminoso, con algo de sol a lo largo del día, y regaremos, intentado evitar mojar en exceso sus hojas, cuando el sustrato esté seco. Prefiere macetas o terrenos poco profundos y con un buen drenaje. No soporta heladas fuertes.
En la época de floración, entre mediados de Invierno, principio de Primavera, los extremos de los tallos (o de los "dedos vendados") de la Crassula barklyi son coronados con pequeñas florecillas de un color rosa muy claro, casi blanco. La tenemos disponible en maceta pequeña, de 8.5 cm de diámetro, y cada una ramificada a su manera, ¡no hay dos iguales!
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