'Cordilines' varios

       Los primeros que os presento corresponden a dos cultivares del Cordyline australis, el denominado "Red Star", de hermosas hojas rojas, y el "Variegata", de bonitas hojas bicolores llenas de luz. Esta planta es originaria de Nueva Zelanda, pero ha sido ampliamente difundida por casi todo el planeta debido a su hermosura y fácil cuidado.

      La situaremos en un lugar soleado pero protegido de las hora más intensas y dónde las temperaturas no desciendan con facilidad en invierno de los 5 ºC, pues por debajo ya empieza a sufrir. El suelo bien aireado, ya que no le van los encharcamientos, pero tampoco el exceso de sequedad, por lo que el riego lo realizaremos cuando la tierra seque, sin demorarlo durante mucho tiempo. Soporta bien los aires salinos de las costas.

      En M-17 y de unos 50 - 60 cm de altura, disponéis de estas preciosidades que dan un toque tropical allá donde las pongamos.

      El siguiente 'cordiline' que os presento es el conocido como Cordyline fructicosa (o entre otros muchos sinónimos C. terminalis). Su origen está establecido en la amplia franja situada en el sureste asiatico, islas polinesias y toda aquella zona de clima tropical, y aunque no es originario de las islas Hawaii, con sus hojas, entre otras cosas, se confeccionaban las famosas faldas de su danza indígena 'hula'.

      Los cultivares disponibles son el "Glauca", en dos tamaños (M-17 y M-13), de bonitas hojas verdes; el 'Kiwi', solo en M-13 y con sus características hojas en amarillo y verde; el 'Rubra', de preciosas hojas purpúreas (en M-13); y otro, que aunque no sepamos su nombre, tiene unas maravillosas hojas verdes con bordes más o menos profundos en color rosa (M-13)

      Precisa de una iluminación alta, con algo de sol para mantener mejor los colores, pero nunca el más fuerte. En cuanto al frío, es un poco más sensible que el anterior. En el riego estamos en las mismas, no le van los excesos, si no tiene un buen drenaje se pudren sus raíces, y no soporta la sequía. Lo recomendable, dejar secar levemente el sustrato entre riegos, y con temperaturas elevadas mantener el ambiente húmedo.