Más caudiciformes

      Poco a poco os voy a ir mostrando las distintas plantas caudiciformes que tenemos a vuestra disposición, como en la entrada anterior, con la Jatropha p. Estas hermosas "patatas" (con perdón), y no tan "patatas", tienen en común entre otras cosas, la acumulación de agua y sustancias nutritivas en su engrosado y amorfo tallo, y el empleo de un sustrato con muy buen drenaje, que no acumule el agua, ¡ya lo hacen ellas!

      Pachypodium bispinosum: Maravillosa caudiciforme de enorme tallo originaria del sur africano y que pertenece a la misma familia que nuestras 'adelfas' (Nerium oleander). Adaptada a condiciones extremas de sequia, necesita de altas temperaturas para desarrollarse bien. Su floración acampanada de color rosáceo nos acompaña desde finales de primavera y gran parte del verano. Poca agua, dejando secar bien bien el sustrato entre riego y riego y con la única condición de que si dudas, mejor no regar. En invierno, nada de agua, protegerla de la humedad y también del frío, ya que menos de 4º C puede empezar a provocarle daños. La situaremos en un lugar muy luminoso, resguardándola un poco del sol fuerte de mediodía.

      Adenium obesum: Pertenece a la misma familia que la anterior y es originaria de África también, pero de la parte este y sur tropical y subtropical del continente y de Arabia. La conocida 'Rosa del desierto' precisa de unos cuidados similares a su prima (la anterior), pero es algo menos tolerante con las temperaturas invernales,  éstas no deberían descender de los 10º C para no tener problemas. Su floración, de mayor tamaño y más abundante, nos enamora desde la época de los primeros calores, hasta el final del verano, principio de otoño.

      Otra característica común de estas plantas es que en invierno, debido a la falta del aporte acuoso que genera el don de la vida, pueden perder las hojas. No hay que preocuparse, pues en el momento que empiece a alargar el día y a hacer más calorcito, comenzarán a brotar con alegría.