Así la llaman por las enormes y hermosas flores doradas que está empezando a regalarnos. Se trata de la Solandra maxima, una enredadera de gran vigor originaria de América central.
La situaremos en un lugar soleado, mejor con un suelo rico en materia orgánica y sobre todo con buen drenaje, ya que no le gustan los encharcamientos. Soporta bien la falta de agua una vez "asentada" (en maceta nos podemos descuidar, pero no olvidar). No tolera temperaturas por debajo de los 0 ºC de manera continuada. El exceso de agua y de abono favorece el desarrollo de las hojas en detrimento de la floración. Soporta bien la poda y además, florece sobre los brotes nuevos.
Es una enredadera de ramas y tallos gruesos y pesados, por lo que necesita de soportes fuertes. La flor y sus hojas son tóxicas e incluso una larga exposición a la fragancia de su flor, que es más intensa por la noche, puede llegar a producir mareos y dolores de cabeza.
Disponibles en M-20 y de 1.80 m de altura, y aunque están un poco peladas de hoja, su carácter vigoroso os puede "enredar" fácilmente, y sus hermosas flores acabar de atraparos.
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