Esta semana nos ha llegado un pequeño surtido de suculentas pertenecientes al amplísimo género Euphorbia. Tres variedades distintas, calzadas en maceta de 17 cm de diámetro y con una altura total de unos 60 cm.
La primera se trata de la conocida E. trigona, de tallos más estrechos y muy ramificada. Las siguientes pueden ser la E. triangularis y la E. ingens (no venían identificada), y aunque cada una tiene sus particularidades, a rasgos generales tienen un comportamiento similar. Las situaremos en un lugar bien iluminado o incluso directamente a pleno sol. Regaremos cuando esté bien seca la tierra y en invierno lo reduciremos (o no regaremos), dejando la planta en un lugar dónde la temperatura no descienda mucho de los 10 ºC (las heladas no le gustan). Como es de suponer, el suelo debe ser suelto y tener un drenaje perfecto.
Como con todas las plantas pertenecientes al género Euphorbia, hay que tener especial atención al látex blanquecino que segrega cuando se rompe alguna rama o sufre algún otro tipo de herida. Este látex es tóxico e irritante, sobre todo para los ojos y las mucosas.
Otra "cosa" hermosa que nos ha entrado son los siguientes Aeonium arboreum, de "roseta" grande y color purpura (bordes) y verde (centro de la roseta), en M-14 y de unos 20 cm de altura. Lo curioso de esta planta, aparte de su rusticidad, es su fotosensibilidad, cuanto más sol o iluminación fuerte recibe, más "roja" se pone. Para orientaros en su mantenimiento, os remito a otra entrada anterior, dónde os hablo de un "primo" suyo y cuyo "comportamiento" viene a ser similar (aquí).
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