lunes, 21 de noviembre de 2011

El "milagro" de los bosquimanos

      Así se podría llamar a la Hoodia gordonii, una planta suculenta originaria de África con forma de cactus (cactiforme).  La podemos encontrar (con suerte) a lo largo del desierto de Kalahari, donde es utilizada por los bosquimanos para evitar el hambre y la sed en sus largas cacerías (así solo se tienen que preocupar de la caza).


      Suculenta de color entre verde-gris-azul que precisa de un lugar soleado (aunque con algo de sombra) y sobre todo caluroso, aunque tolera, si la planta es adulta, temperaturas de entre 8-10 ºC. En cuanto al suelo, deberá ser muy ligero y tener muy buen drenaje, ya que a la H. gordonii no le gusta nada la humedad. La regaremos muy poco, dejando secar muy bien el sustrato entre riego y riego y en invierno o épocas más húmedas lo suprimiremos. Puede alcanzar hasta el metro de altura y 60-90 cm de ancho, con innumerables brazos o ramificaciones. Su floración puede ser abundante y son similares a la de su prima Stapelia (género en el que se incluyó en un principio), de color marrón claro, tirando a rosita y un olor un tanto desagradable (carne descompuesta), ya que las moscas son las encargadas de su polinización (polinización sapromiofila).

      Debido a su efecto de la inhibición del apetito, esta planta ha sido estudiada durante tiempo por distintas farmacéuticas y laboratorios y tras aislar el principio activo (P57), han salido al mercado infinidad de medicamentos relacionados con la perdida de peso, aunque siguen investigando. En el 2002 se reconoció oficialmente ciertos derechos de los bosquimanos sobre el uso de esta planta y reciben un porcentaje de los beneficios obtenidos de su comercialización y de la de sus derivados.
     
      Tienes esta suculenta provista de "pinchos" a tu disposición en M-15, algo ramificada y de una altura total de 30-35 cm.
     
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